sábado, 7 de noviembre de 2009

POEMITAS INFANTILES UN GRATO RECUERDO

Lee cuidadosamente los siguientes poemas y preguntate si has dejado de ser niño o por el contrario si llevas en tu corazon esos primeros años que marcaron tu vida:

Carmen Gil en verso


Nace chillona y hambrienta

en la costa gaditana.

¿Una noche de tormenta

o una preciosa mañana?



Como es la sexta de siete,

todos, en dos dormitorios,

lo pasan de rechupete.

¡Vaya lío! ¡Qué jolgorios!



La Línea, con su peñón,

que, aunque parezca arrogante,

es gigante bonachón,

la ve crecer vigilante.



Del colegio, pobrecilla,

llega hipando cada día:

"Me he hecho pipí en la capilla"

¡Qué misteriosa manía!



Va a la playa en bicicleta

-el agua siempre está buena-

y parece una croqueta

cuando se empana de arena.



Son sus zapatos dorados,

que lanzan áureos destellos,

su tesoro más preciado.

¡Puede hacer ruido con ellos!



Canta y baila la chiquilla

día y noche ¡sin parar!

Tan latosa pesadilla

no hay quien la pueda aguantar.







Llora con Heidi y con Marco.

Al escuchar su canción

o imaginarlo en el barco,

se le encoge el corazón.



Domingos: misa y tebeo

con su traje de piqué.

Después, todos de tapeo.

A las cuatro, matiné.



Siente que hasta el cielo sube,

que el merengue de Marieta

es como un trozo de nube:

¡el más rico del planeta!



Y las tardes de verano

juega en la Plaza Fariñas

a rescatar, con su hermano

y muchos niños y niñas.



No olvida la cantimplora

si va al Parque Forestal,

porque allí es exploradora

de la selva tropical.



Con Pluto, la Cenicienta,

Mortadelo, Pippi, Esther…,

cuando viene a darse cuenta

se ha aficionado a leer.



Leyendo se desternilla,

se entusiasma, se enternece.

Siempre tiene en la mesilla

un libro que le apetece.



Su deseo más profundo:

marcharse a alfabetizar

a un país del Tercer Mundo,

al otro lado del mar.



Y se hace hippy. Esa gente

que le habla de paz y amor

la fascina enormemente

con su mundo de color.





Ahora es maestra-escritora.

A boli o a ordenador,

ella escribe a cualquier hora,

llueva, truene, haga calor…







Su fantasma fantasmón

vaga de frente o de espaldas,

por un viejo caserón

asustando en minifalda.



Su monstruo de tres cabezas

cuando está muy resfriado

con sus tres bocas bosteza

y estornuda por tres lados.



Y su hada Desiderata

ayuda con su varita,

metiendo mucho la pata,

a aquel que la necesita.




Con estos seres curiosos,

y contando alguna historia

rodeada de mocosos,

¡Carmen Gil está en la gloria!



Aunque parezca increíble,

viaja siempre con Perico,

que es su mascota invisible,

un mico la mar de chico.





¿Lo mejor de la poetisa?

Su excelente compañero,

una hija cuya sonrisa

alborota al mundo entero…



y una madre muy vital:

¡disfruta cada segundo!

Parecérsele es genial,

porque es la mejor del mundo.

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